La mayoría de las madres experimentan, en algún momento de su lactancia, miedo a no ser capaces de producir leche o a producir poca. De todas maneras, lo habitual es que la madre sea capaz de amamantar a sus bebés.
Sin embargo, sí existen algunas situaciones en las que las madres no son capaces de producir la leche suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales del bebé en exclusiva, que es lo que se conoce como hipogalactia.
Los factores que pueden desencadenarla son variados.
A veces guardan relación con la madre: Problemas hormonales, retención de la placenta, obesidad y diabetes, medicamentos, hipoplasia mamaria, síndrome de ovarios poliquísticos, alteraciones de la tiroides.
Otras veces guardan relación con el manejo de la lactancia: Mal garre al pecho, mala succión, lactancia con horarios.
En algunos casos se puede revertir, como por ejemplo, en la mayoría de los casos de mal manejo de la lactancia (aumentando la frecuencia de extracción de leche), y en otros ya es más complicado.



