La leche materna constituye el alimento natural e ideal para recién nacidos y lactantes. Sus características nutricionales brindan un crecimiento armónico, si se administra como único nutriente, a libre demanda, durante los primeros 6 meses de vida y, luego de esta edad, complementada con otros alimentos.
La leche materna, más allá de ser un alimento, es un fluído vivo y cambiante, capaz de adaptarse a los diferentes requerimientos del niño a lo largo del tiempo (modifica su composición y volumen).
Los diferentes tipos de leche que se producen en la glándula mamaria son: calostro, leche de transición y leche madura.
Calostro: Se produce durante los 4 días siguientes al parto, es de escaso volumen y alta densidad . El escaso volumen del calostro es ideal, ya que los riñones inmaduros del recién nacido no pueden manejar grandes cantidades de líquidos. Además, hace más fácil la expulsión del meconio. Sus enzimas facilitan la digestión del bebé.
Leche de Transición: Se produce entre 4-15 días luego del parto, hacia el quinto día hay un aumento brusco de su producción y va incrementando su volumen hasta llegar a 700 ml/día aproximadamente entre los 15-30 días posparto. Su composición varía hasta llegar a la de la leche madura.
Leche Madura: El volumen aproximado es de 700- 900 ml/día durante los 6 primeros meses posparto. Las grasas, proteínas y carbohidratos, unidos a las enzimas que contiene la leche materna, son de fácil digestión y absorción, lo cual permite la formación de un sistema inmunitario efectivo y eficiente que garantiza la salud infantil.
Aclaración: Las madres de bebes prematuros es diferente y se llama Leche Pretérmino: Durante un mes se adapta a las características del bebe pretérmino, con niveles superiores de proteínas, grasas, calorías y cloruro sódico.